“Un banco es un lugar en el que prestan a usted un paraguas cuando hace buen tiempo y se lo piden cuando empieza a llover”.
Robert Lee Frost / Poeta
Una de las frases acuñadas para distinguir la actual administración de José Rosas Aispuro Torres, es elocuente: “Durango, el mejor lugar”. Implícitamente, suponía que llegarían a cambiar la forma en la que se ejerció el poder, pero, sobre todo, la manera en la que recién se administró el estado.
Un botón de muestra. La deuda pública heredada fue uno de los argumentos más repetidos: “Nos dejaron endeudados”. “Hipotecaron las finanzas públicas del estado hasta por treinta años…”. En fin, la tan ansiada transición política llegó a Durango, y había que tener buenas expectativas.
¿Qué falló? ¿Qué hace falta? ¿Qué debemos aprender de esta experiencia? Puede decirse que algunas alianzas suelen ser fatídicas.
Primero, que las coaliciones electorales, por muy exitosas que sean, requieren, a la hora de gobernar, de compromiso político con los ciudadanos y no con las cúpulas partidistas; segundo, se requiere una combinación de cuadros, entre jóvenes y experimentados, que tengan voz y además estén dispuestos a cambiar inercias (no necesitamos un tlatoani que decida, aparezca y reciba todos los golpes); y tercero, asumir costos, algunos económicos y, sobre todo, políticos. Esto implica revisar los compromisos que se van tejiendo en el trayecto para allegarse de aliados, y que, en determinado momento ayudan a consolidar los triunfos electorales. Algo de manual: la familia, parientes y amigos, estorban.
Respecto al presupuesto que durante los últimos 5 años se ha ejercido puede decirse lo siguiente:
- Es poco alentador para el crecimiento económico.La inversión pública no pesa y prácticamente está comprometido el presupuesto por la burocracia pública y política.
- Es completamente inercial, cíclico y no responde a una necesidad urgente de promover verdaderas políticas públicas para crecer, o de menos, para “sanearlo”.
- Tiene un enorme defecto estructural y seguramente se enfrenta a numerosos obstáculos formales e informales para modificarlo. No hay voluntad política y diversos compromisos para intentar modificarlo.
El poeta norteamericano Robert Lee Frost fue elocuente cuando expresó que: “Un banco es un lugar en el que prestan a usted un paraguas cuando hace buen tiempo y se lo piden cuando empieza a llover”. En junio 2016, en Durango, hizo buen tiempo para acusar de endeudamiento al gobierno saliente; pero, a quien va a empezarle a llover es al gobierno actual, y no es precisamente por los niveles de deuda, sino por la falta de inversión pública y un pésimo manejo de las finanzas públicas.
Leonardo Álvarez
@leon_alvarez
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Fecha de creación: 23 julio 2022 18:03 Descargas: 257